

LUNES SANTO
Jesús, durmió en la casa de sus mejores amigos: Lázaro, Marta y María, en el pueblo Betania. A media mañana fue andando a Jerusalén, que estaba a unos cuatro kilómetros. En el camino, como es la hora de comer tiene hambre. Se acerca a una frondosa higuera, llena de hojas, pero en la que no hay higos, entonces la secó, por no tener frutos. Al llegar a Jerusalén, va al templo y lo encuentra lleno de comerciantes haciendo negocios, y los echa a latigazos, pidiéndonos que tratemos con respeto a Dios y a las cosas de Dios. Por la tarde pasa por el monte de los olivos, donde estuvo haciendo un rato de oración y vuelve a pie a Betania.
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